Yo soy Tico, un pobre mosquito inocente que jamás
picó a nadie.
Porque ustedes deben saber que las que pican son
ellas, no yo, que sólo me alimento de jugos, de néctares y de alguna otra cosa
tan suave y tan inocente como yo.
Anoche soñé que yo no era tan inocente y que picaba
en serio, o por lo menos que quería picar. Y lo primero que quise fue picar a
una tortuga... ¡Uy! ¡Pobre de mí! Después a un rinoceronte... pero, ¿cómo
picarlo sin saber y sin tener con qué picar?
Las que saben picar, y pican muy bien, son mis
hermanitas y mi mamá. ¡Créanmelo! Mis hermanitos, mi papá, mis abuelos,
bisabuelos y tatarabuelos, todos inocentes porque somos y hemos sido siempre
vegetarianos.
Hoy, al despertarme, el cielo y la tierra se miraban
de frente, como una flor azul y una flor dorada.
En cuanto salí del sueño pasó un picaflor. Medio dormido como estaba yo, me asusté mucho
porque sé que no es tan vegetariano como yo. Hay jugos de flores para nosotros
y los picaflores. La naturaleza es sabia, pero hay que tener cuidado porque
todos nos equivocamos alguna vez.
De pronto pasó un murciélago... Menos mal que no me
vio... porque volaba dormido. Después me asomé curioso al cáliz profundo de una
flor anaranjada... Parecía un salón enorme y los rayos del sol se filtraban a
través de los pétalos. Adentro, en una pequeña laguna de gotas de rocío, un
insecto verde retozaba nadando en el agua rosada. Enseguida me posé en una
margarita, pero tuve que levantar vuelo y me mantuve a distancia al ver una
hormiga que caminaba por los pétalos hacia el centro, hacia el sol de la
margarita. Y una abeja desprevenida al ver a la hormiga. Siempre se aprende
algo. Yo no sabía que las abejas se asustaban de las hormigas...
En una flor, al menos.
Y así pasó mi mañana de hoy, de flor en flor, entre
mariposas, abejas y moscas verdes o doradas.
Después dormí plácidamente la siesta, con la panza
llena de jugo de jazmines, de azahares o de
flores de duraznero... qué sé yo.
Ésa es la vida de un mosquito inocente. Y les juro
que, si algún mosquito los pica, no fui ni seré
nunca yo. Pueden ser, sí, mi madre,
mis hermanitas, mis abuelas, pero nunca yo.
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La primer edición de este texto fue: Traveseando, Colección La manzana roja, Editorial Kapelusz, Buenos Aires, 1984.
Para esta transcripción se ha seguido la incluida en Ahora o nunca. Poesía reunida. 1ª edición. Editorial Argonauta. Buenos Aires:2009. Pp. 75-92 y la de Eloísa Cartonera en su Colección Nueva narrativa y poesía Sudaca Border. Buenos Aires:2010.
Quien habla
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EliminarYa la a repito cómo mi beses ya no me gusta la istoria
ResponderEliminarQue informacion del texto expositivo se encuentra en el texto narrativo
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